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«Sale & Leaseback»: El Arte de Liberar Capital sin Perder el Control

Suena a estrategia de grandes corporaciones, a un instrumento frío y lejano. Pero en realidad, el sale & leaseback es una de las herramientas más inteligentes —y subutilizadas— que tienen hoy las empresas chilenas para surfear la incertidumbre sin vender la joya de la familia. ¿En qué consiste? Simple de decir, complejo de ejecutar bien: usted vende un activo que ya opera (su bodega, su oficina, incluso su planta) y inmediatamente lo arrienda a largo plazo al comprador. Así, transforma un activo fijo —quieto, comiendo polvo en su balance— en liquidez inmediata. Las operaciones de este tipo crecieron 22% en el último año en Chile (Newmark, 2024), y no es casualidad.

La verdad es que muchas pymes y hasta empresas consolidadas tienen gran parte de su patrimonio «dormido» en propiedades que son clave para su operación, pero que no generan flujo adicional. Son como una herencia valiosa guardada en una caja fuerte: está ahí, pero no se usa. Con un sale & leaseback, ese patrimonio se activa. El dinero obtenido puede usarse para expandirse, innovar, pagar deuda costosa o simplemente tener un colchón de seguridad en tiempos volátiles.

Pero ojo: esto no es para cualquiera. El éxito de la operación depende de un acuerdo de arriendo sólido, con plazos largos (15+ años) y ajustes previsibles (cláusulas de IPC + % fijo). La magia está en la estructuración. Usted no pierde el control operativo; de hecho, puede seguir ahí, produciendo o administrando, pero con el banco abultado y sin la presión de un crédito tradicional. Es como tener el pastel y comerlo too… aunque ahora compartes la receta con un socio-inversionista que confía en tu negocio a largo plazo.

No es una solución mágica, pero para empresas con activos físicos valiosos y flujos estables, es una luz verde hacia la flexibilidad financiera. Permite respirar en un momento donde el oxígeno crediticio escasea y la reinvención no es opción, sino necesidad.